Psicología del Arca de la Alianza

Se dice en el Éxodo que el pueblo salió de Egipto y se preparó durante su peregrinación en el desierto de la vida. Llegaron y se quedaron en la base de la montaña para ganar experiencia y elevar su conciencia y forma. En ese momento, por precesión de los Equinoccios, el Sol comenzó su tránsito en la constelación de Aries y todas las personas fueron instruidas para abolir las antiguas costumbres de la Era de Tauro. Desafortunadamente, construyeron un “becerro de oro”, es decir, prefirieron los viejos hábitos y costumbres.

Popularmente, el Arca de la Alianza servía para recordar al pueblo que Dios estaba presente entre ellos. También era un monumento para que los descendientes de Israel supieran lo que Dios había hecho en el pasado con sus padres. Sin embargo, el Arca de la Alianza no tenía poder, era la representación del desarrollo espiritual humano. Cuando la gente pensaba en el Arca, recordaban a Dios, Su gloria, Sus mandamientos y Su provisión. Así llegó la “leyenda del Arca Perdida”.

De manera psicológica y bíblica, el Arca de la Alianza es un conjunto de Arquetipos que contienen otros arquetipos: la Vasija de Oro del Maná, la Vara de Aarón y las Tablas de la Ley que fueron entregadas a Moisés. Por analogía, tenemos la Naturaleza de la Psique con sus dos capas: el Inconsciente Personal y el Inconsciente Colectivo, porque representan la parte psíquica del sistema humano, en su más alto desarrollo espiritual.

Por razones psicológicas y biológicas, el Arca de la Alianza es un conjunto de Arquetipos compuestos por la Mente, el Sistema Cerebro-Espinal y la Naturaleza de la Psique. Sin embargo, en un intento de explicar este conjunto de Arquetipos debe sacar a la luz su contenido; sólo cuando se cumpla esta tarea, es decir, sólo cuando la conciencia se familiarice lo suficiente con los procesos inconscientes reflejados en el anima y el animus, los arquetipos del Arca de la Alianza y sus procesos serán percibidos como una función simple.